Cuando conversamos con los padres
del colegio, siempre llegamos a un tema que a todos les preocupa y es el mal
comportamiento de sus hijos y hay algo que siempre explicamos para estas
conductas y es que pueden ser una llamada de atención y que detrás de esta
conducta hay una emoción de enfado, o rabia, o miedo, o estrés… Estos pequeños
necesitan de ayuda y acompañamiento para poder expresar los sentimientos que lo
invaden de forma que no se dañe a sí mismo ni a los demás y pueda volver a su
estado de equilibrio emocional.
Cómo ayudar a nuestros pequeños?
Hay tres pasos que se deben
seguir para ayudar y asistir al niño y la niña en el proceso de vaciar sus
emociones: Explotar, canalizar, relajar
1. Acompaña la exposición emocional: ¡vaya veo estás enfadado!,
¿Algo te ha hecho sentir mal? (voz firme y sin retirar el afecto)
2. Enséñale a canalizar sus emociones: ¿Quieres que te ayude a
sacar tu enfado, sin hacerte daño? Con eso no porque…, pero estos cojines sí
puedes tirarlos por el suelo. O también le puedes ir ofrecer según el momento y
el día:
·
Saltar sobre el suelo
·
Golpear un cojín
·
Gritar fuerte dentro del armario
·
Romper hojas de periódicos
·
Leer un cuento
·
Amasar plastilina y golpearla
·
Hacer un dibujo de garabatos, o líneas, formas
con un trazo fuerte.
3. Ayúdale a relajarse, (pasada la intensidad de la explosión). Veo
que estás más tranquilo, que has conseguido tranquilizarte. Ahora es el momento
de recoger lo cojines (o la ropa) que has tirado, o de recoger el material
usado, (con afecto y sin sermones).
En este tercer paso, lo que
conseguimos es que el niño conecte con su mundo emocional, conozca sus
emociones, las identifique y aprenda herramientas para canalizar tanto la ira
como el miedo que son las emociones que pueden condicionar su comportamiento.
Solo en este momento, el niño está preparado para asumir las consecuencias de
sus actos.